Como resultado de este trabajo, la propuesta más esperanzadora es la que recae en las mujeres, y que va dirigida al fortalecimiento y la posibilidad de replicar los grupos de mujeres con IU que se han creado en el Casal de les Dones de Palma. Los principios de estos grupos son que se trata de un espacio de reflexión, de autoconciencia del SP, de apoyo mutuo, de aprendizaje de las funciones y las disfunciones del SP, de desmitificación y desnaturalización de la IU, en definitiva, de resocializarse respecto a la IU. Este proceso se ha construido a partir de los mandatos patriarcales hegemónicos, la naturalización social de las mujeres, la fragmentación y objetualización de sus cuerpos, que promueven respecto a la IU, el auto-silenciamiento de las mujeres y la naturalización y el reduccionismo (reproductivo) de la sintomatología por parte del contexto biomédico. John et al. (2002) y Schäfer (2009) en los que se hacía patente la falta de formación acerca del manejo de la IU por parte del personal sanitario. Quién lo decide, la mujer o el personal sanitario? Pero, al ser frecuentes, la medicina los ha considerado normales en la mujer.
238 EL SILENCIAMIENTO DE LA INCONTINENCIA URINARIA FEMENINA a que muchas de ellas hayan optado por un tipo de prácticas deportivas en boga, antes reservadas para las deportistas de élite, que pueden ser lesivas para el SP. Para concluir este apartado dirigido a la relación de los roles de género que el personal sanitario atribuye a las mujeres, con el silenciamiento de la IU, quiero destacar como ha quedado al descubierto la principal causa: las prácticas en el entorno sanitario en el manejo de la IU son insensibles al género. La falta de conocimiento sobre la morbilidad diferencial, la naturalización y reduccionismo de la IU femenina, la atención ginecologizada de las mujeres, las prácticas que medicalizan la prevención de los procesos fisiológicos, y el poder del acto médico son algunas de las causas particulares. Sin embargo, no se hace mención de la IU femenina, a pesar de superar la prevalencia de todos ellos, situándose en el 24%, según Rebassa et al (2013). Además, sí que se recogen en esta encuesta los problemas de próstata, que se sitúan en una prevalencia del 5,39%. No es de extrañar que la IU de las mujeres se invisibilice, si ni siquiera se considera en encuestas oficiales, super vigo a pesar de superar con creces las tasas de otros problemas y la IU masculina – que sí está representada -.
Ante la presentación de la misma clínica, la IU femenina, los abordajes son múltiples. 8) La medicalización de la prevención de los procesos fisiológicos de las mujeres así como el acto médico, como son el parto o la menopausia (que pueden debilitar el SP y predisponer a la IU), por una parte, y el acto médico que, a veces, no escucha, no mira, no atiende y no informa a las mujeres con IU, por la otra, son mecanismos por los que las personas expertas ejercen su control desde una posición privilegiada, convirtiendo a las mujeres en invisibles y subordinadas al sistema sanitario Accesibilidad al tratamiento fisioterápico 1) Los recursos destinados al tratamiento fisioterápico en la isla de Mallorca están limitados a las unidades de SP especializadas de los hospitales. Este apartado lo he estructurado en torno a los tres temas que son los que han resultado más relevantes tras el análisis: el suelo pélvico como campo de batalla, el paso de la medicalización de la prevención al encarnizamiento médico, y, por último, el poder del acto médico El suelo pélvico como campo de batalla El SP es un campo de batalla en muchos sentidos, y así lo han corroborado los resultados obtenidos en este trabajo.
También se tiene que tener en cuenta el potencial del atleta y de la liga donde quieres invertir: un atleta poco famoso de 20 años puede ser una apuesta para el futuro. Los centros de atención primaria de la isla de Mallorca cuentan con menos de treinta fisioterapeutas en total, para una población que, según el padrón de 2011, superaba las personas según los datos del IBESTAT (Govern de les Illes Balears, 2011), una plantilla que ha aumentado muy poco en los últimos 25 años. En los años ochenta, tanto el feminismo radical como el la igualdad promueven una ciencia médica que identifique y sea capaz de medir los problemas de salud de hombres y mujeres, sus factores determinantes y las desigualdades de género (Velasco, 2009), una ciencia que contemple la morbilidad diferencial. Todas estas situaciones ponen en desventaja a las mujeres frente a los varones porque ya se ha puesto de relieve cómo las desigualdades en salud por razón de género se desarrollan en el contexto de una ciencia médica androcéntrica, nacida principalmente en los hospitales, donde la mayoría de patologías son agudas y de predomino masculino (Valls-Llobet, 2009). La mayor parte de derivaciones de varones con IU hacia el tratamiento conservador proceden del servicio de urología, normalmente tras una cirugía de próstata.