Dinamarca era líder de grupo con 18 puntos, seguida por Irlanda y España, ambas con 17, por lo que los hispanos debían ganar su último encuentro de la fase para certificar su pase al Mundial o bien esperar un tropiezo de los irlandeses frente a sus vecinos del norte, los norirlandeses. UU., era el hogar de un número considerable de hombres homosexuales expulsados por el ejército y que habían decidido quedarse allí, en vez de retornar a sus casas y enfrentarse al ostracismo.